Historia
Aridoamérica
En cualquier curso de historia, si no ubicamos el contexto geográfico y temporal, la historia no se entiende. En qué lugar y en qué tiempo se realizaron los sucesos es esencial. A la llegada de los españoles, dividieron el territorio arbitrariamente en tres partes. Aridoamérica, Mesoamérica y Oasisamérica.
Esta clasificación arbitraria era para establecer la delimitación entre la “civilización y la barbarie”. Así Mesoamérica eran los pueblos del maíz, del tamal, de los centros ceremoniales, del politeísmo, de una organización social definida, de la agricultura, etc. En resumen, era considerada la tierra de los civilizados. Oasisamérica tenía desarrollo, pero en menor medida, aunque con mucho potencial productivo. Aridoamérica, sería entonces de los grupos nómadas, itinerantes, con poca agua, zonas desérticas, grupos pequeños, sin residencia fija, grupos de cazadores recolectores, que recorrían todo el territorio aprovechando los diferentes recursos temporales de cada parte. Hacían unas chozas muy rústicas, muy endebles y a veces vivían en las cuevas. En la sierra pasaban la noche bajo piedras grandes. Cerca de Zacatecas, se encuentra un sitio llamado La Quemada. Para muchos historiadores este lugar representa la última frontera prehispánica entre Mesoamérica y Aridoamérica. En este lugar encontramos un centro ceremonial con pirámides en mesetas y muchos vestigios de viviendas que rodean el centro ceremonial. Para los mexicas el sitio conocido hoy como “La Quemada” era la frontera, los límites de su imperio, la última población con la civilización del sedentarismo. Más al norte, habitaban pueblos nómadas, “salvajes”, o como los denominaban los propios mexicas: “chichimecas”. La palabra “chichimeca” es una denominación peyorativa que se puede traducir como “perro que arrastra su mecate” o “perro sin mecate”, haciendo alusión a su nomadismo. De acuerdo con los vestigios encontrados La Quemada era una ciudad grande de aproximadamente 200,000 habitantes. |
Lo que se visita hoy en día es sólo el centro ceremonial, observatorio y otros edificios principales, pero el sitio arqueológico completo, donde estaban las viviendas y otras edificaciones civiles, es un área muy extensa. Es el sitio más norteño en donde se encuentran vestigios de maíz, de sedentarismo, de juegos de pelota, de agricultura. Ahí se ha encontrado cerámica teotihuacana, por lo que se supone era un centro comercial importante de artículos y bienes provenientes del sur que se llevaban al norte. Había incluso múltiples diversiones. Era pues, una ciudad fronteriza en toda la extensión de la palabra. En la conquista española la ciudad de Zacatecas fue también el límite del dominio colonial. Más al norte estaban las irreductibles y rebeldes tribus de nómadas “salvajes” que no podían ser vencidas con el esquema de sitio y guerra directa con que se conquistó a los pueblos de Mesoamérica. Las tribus que habitaron el territorio de lo que hoy es Coahuila eran muchas: los Guachichiles en la parte sur, en la laguna los Irritilas, en el norte los Coahuiltecas y en el valle de Cuatrociénegas los Tobosos. Todos estos pueblos tenían características muy similares. Se distinguían por sus costumbres, como el nomadismo, la ausencia de agricultura, pintarse la cara de rojo (de ahí el apelativo de “piel roja”), ponerse penachos muy distintivos, por no establecerse en un lugar fijo, por conocer a la perfección el territorio en donde vivían y por saber aprovechar las escasas oportunidades que el desierto ofrece para sobrevivir. Los pueblos chichimecas no desarrollaron una cultura avanzada por que las circunstancias del medio no lo permitía, sobre todo el agua. Aquí radica pues la controversia, que en Cuatro Ciénegas había agua y no hubo sedentarismo. Parece que la pugna por el agua con otras tribus no permitía el establecimiento y la estabilidad. |
Los antiguos pobladores de Coahuila
De los estados del norte de México, Coahuila es el estado que mayor parte del desierto tiene. El Gran Desierto Chihuahuense se extiende desde Arizona y Nuevo México hasta en los Estado Unidos hasta Puebla e Hidalgo en México.
Cuatro Ciénegas se encuentra en el corazón de este vasto ecosistema y por lo tanto, en el centro de lo que en arqueología se conoce como Cultura del Desierto. |
El debate sobre las tribus que habitaban Coahuila aún no está cerrado. Hay autores que enlistan más de 147 grupos indígenas presentes en la zona, otros agrupan a estos grupos humanos en cuatro grandes bloques: Irritilas, Guachichiles, Tobosos y Coahuiltecas. Hay que tomar en cuenta que los 147 grupos mencionados son denominaciones españolas obtenidas de comunicación con los grupos mismos, pero se puede asumir, como ha sucedido en otros lugares colonizados, que muchos de los nombres de las tribus enlistadas sean malinterpretaciones por la diferencia de idioma. |
La cultura del desierto
Hablar de la cultura del desierto es remontarse a una época desaparecida, a la época en que el hombre colonizó el desierto. Es importante aclarar que la colonización no la hicieron los españoles, sino los grupos migrantes de cazadores recolectores que vinieron del norte. Algunos autores le denominan poblamiento, pero es más acertado referirse a este proceso como colonización, pues el término colonización implica una actividad dinámica, la acción de habitar un espacio y no el simple establecimiento.
Según la teoría más aceptada actualmente, los amerindios descienden de grupos de cazadores recolectores de origen siberiano que migraron a América a través del Estrecho de Bering o Puente de Beringia, formado durante un breve periodo de la última glaciación (Würm o Wisconsin), debido al descenso del nivel de los océanos. Se encuentra también plenamente probado que en ese momento, muchos animales propios de ambos continentes atravesaron el puente en ambas direcciones. Se estima que estos primeros pobladores de América cruzaron el estrecho hace aproximadamente 14,000 años (fecha que sigue aún en debate). Era una época de inter glaciación y la cubierta de hielo permitió, a estos primeros migrantes atravesar el mar congelado desde Asia a América. La gente que llega del norte, vino principalmente de Siberia, de ecosistemas de estepa, por lo que no tenían ni la cultura ni la tecnología para habitar el desierto. En sus lugares de origen se vestían con pieles para protegerse del frío. No usaban sandalias, sino burdas botas de cuero y pieles. Era una cultura desarrollada para sobrevivir en ambientes de hielo y no para colonizar el desierto. |
Al llegar a estos ecosistemas desérticos se enfrentaron a otro clima y encontraron especies de plantas y animales diferentes a las que conocían, por lo tanto, tuvieron que desarrollar habilidades, estrategias y tecnologías que les permitiera colonizar y poblar estos yermos territorios. Para el caso específico de Cuatro Ciénegas, sucede algo intrigante. Asumiendo que sea acertada la fecha de llegada de los primeros pobladores a este lugar hace 8,000 años (por las huellas humanas encontradas en el valle), los objetos hallados desde aquel periodo ya están hechos con materiales locales y con un nivel de desarrollo muy avanzado. Esto nos hace suponer que estas personas ya habían desarrollado una cultura del desierto pues no se encuentran objetos o utensilios de transición. La teoría es que fueron gentes que venían siguiendo el desierto desde el noroeste de lo que ahora son los Estados Unidos. Siguen los desiertos con dirección sureste y para cuando llegan aquí, ya traen los conocimientos desarrollados, pues lo más antiguo que se encuentra son cosas muy elaboradas. Son utensilios y tecnología que no se desarrollaron en la región, si no que ya tenían un nivel de perfección que hace suponer que ya habían desarrollado sus habilidades en otros lugares. Si observamos el mapa de los desiertos de Norteamérica, podemos imaginar cómo fue que los primeros pobladores se trasladaron atravesando la línea de desiertos desde Nevada, Arizona, Nuevo México y Texas hasta Coahuila. |
Vestigios arqueológicos
Walter W. Taylor, arqueólogo norteamericano, recorrió grandes distancias buscando e investigando vestigios y sitios arqueológicos. Sus profundas investigaciones le permitieron desarrollar nuevos modelos, teorías y conceptos. Explora en Cuatro Ciénegas más de 100 sitios diferentes en un tiempo en el que trasladarse de Monclova a Cuatro Ciénegas tomaba hasta 6 días. Gracias a sus análisis y excavaciones con método científico, hace un registro sistemático y acucioso, aunque no publicado, de todo lo que encuentra.
Taylor, a pesar de lo brillante de su investigación, publicó un único libro, pero nunca publicó todo lo encontrado en Cuatro Ciénegas. La única fuente de sus investigaciones sobre este lugar son sus manuscritos y apuntes. En ellos registra que aunque hay muchos objetos de piedra, había muchos más utensilios hechos de plantas (fibras y maderas). En la actualidad predominan los utensilios de piedra, pero esto se debe a que la piedra soporta mucho mejor que la madera o las fibras el paso de los años. Lo que más usaban en su industria de artefactos era carrizo, madera, hueso, fibras, hojas y tallos. Las sociedades cazadoras recolectoras dominaban la tecnología de forma autónoma y democrática, es decir, todos sus integrantes compartían conocimientos y la elaboración de objetos la dominaba gran parte, si no toda, la población. Algunos de los instrumentos de madera más característicos de Cuatro Ciénegas y que también son representativos de la Cultura del Desierto son los palos conejeros dobles, flechas y raspadores. |
Es asombrosa la cantidad de utensilios y herramientas que hacían de este material, pues la madera es escasa en la región. Además de la madera era ampliamente utilizada la lechuguilla, el tule y el sotol con lo que fabricaban canastas, sandalias, redes, cuerdas y petates. Las cestas, redes y canastas eran de vital importancia, ya que eran indispensables para transportar víveres, enseres y hasta niños en su continuo caminar para la búsqueda del sustento en el duro ambiente del desierto. Lo más conocido de los vestigios de los antiguos pobladores son las puntas de flecha. De estas hay una variedad de formas, tamaños y funciones enorme. El nivel de desarrollo de las puntas de flecha era elevado. Había puntas de flecha para arpones, para animales pequeños, medianos y grandes. Se dice que en el carcaj llevaban siempre diferentes tipos de flecha. Para elegir la adecuada para cada situación las distinguían con plumas de diferentes colores o con diferente arreglo en la parte posterior para seleccionar siempre la que necesitaban. Es importante mencionar que a diferencia de otros lugares donde se han encontrado puntas de flecha, en esta región no se encuentran piezas burdas o primitivas. Sólo se encuentran piezas muy elaboradas de acabados finos, lo que corrobora la teoría de que la tecnología ya había sido desarrollada desde antes de que los pobladores llegaran a este lugar. Usaban también las astas de venado, sus partes o completas para la elaboración y fabricación de diferentes herramientas y utensilios. |
Uso y aprovechamiento del desierto
Un desierto evoca inevitablemente la palabra escasez de la misma manera que la selva evoca abundancia. En el desierto el principal factor limitante es el agua. Con poco agua, la vida también es poca. Las plantas son de tamaño reducido, los animales son relativamente escasos y la sobrevivencia se basa principalmente en la adaptación a estas duras y difíciles condiciones del entorno.
El alimento en el desierto es pues, un problema, pues está muy disperso. Por lo anterior, el nomadismo era una estrategia muy inteligente para seguir la distribución y estacionalidad de las diferentes plantas de las que dependían los grupos indígenas de la región. Muchas veces se piensa que por su nomadismo comían lo que podían, lo que encontraban, pero así, sin una estrategia, no podría sobrevivir ninguna sociedad. La estrategia ecológica tecnológica fue enfocar sus esfuerzos de recolección en plantas que se agruparan, no de aquellas que crecen de forma aislada. También se piensa que su principal fuente de alimento era la cacería, pero quien conoce el desierto sabe que vivir de la cacería es muy difícil y riesgoso, pues no siempre se tiene suerte para encontrar a los animales. Por lo anterior, la cultura del desierto se enfocó en cinco plantas principales: mezquite, nopal, yuca, maguey y granos de pastos. Sólo si se incluyen granos de pasto se explica la sobrevivencia. Todas estas plantas forman agrupaciones o conglomerados. El movimiento nómada de estos pueblos estaba sincronizado con la maduración de los frutos y partes comestibles de estos grupos de plantas. Algunos elementos comestibles como el fruto de mezquite y los granos de pasto permitían la recolección y transportación para su almacenamiento. Se han encontrado vestigios de artefactos para molienda y se sabe que también horneaban algunos alimentos con la técnica de hoyo. Sobre todo en época de sequía, la molienda de los frutos secos era muy importante. El mezquite se colectaba, pero se secaba para guardar para la época de sequía y se molía. La tecnología más importante además de la recolección, era la molienda, pues de ella dependía gran porcentaje de su alimentación, del mezquite molido. Los frutos del tasajillo también se han encontrado en excavaciones así como escapos (kiotes) de maguey. La tuna era el manjar estacional que con más avidez buscaban. Núñez Cabeza de Vaca en 1530, menciona como los grupos cazadores recolectores se trasladaban en grandes peregrinaciones a áreas a veces muy remotas para aprovechar la temporada de tunas. Un nopal grande puede dar hasta mil tunas. Comían todo lo que podían en el lugar y también sabían hacer conservas, pues secaban la tuna para poderla transportar y llevar consigo. La yuca (palmito) fue también muy importante como materia prima. Muchos artefactos se hacen de fibra de yuca. Algo muy importante era el cordón de la fibra de yuca y lechuguilla, por que se hacían muchísimas cosas. |
No se han encontrado, sin embargo, evidencias que digan que se alimentaban de yuca, como hoy se consume la flor de esta planta. Otra planta muy importante en cuanto a la obtención de fibras era el sotol, para la elaboración de sandalias y otros tejidos. Se usaba igualmente el mimbre, para objetos como prendas de vestir y petates. Los antiguos pobladores conocían muy bien el territorio, cañadas, sierras, cuevas, valles, lugares donde encontrar agua, comida, recursos. El nomadismo no era vagar sin rumbo, tenían una organización para cada movimiento, era un movimiento estacional, basado en el conocimiento de los recursos para alimentarse. Es una estrategia de movimiento pensando en la economía de energía y aprovechamiento de lo poco que había. Contrario a lo que comúnmente se piensa, los grupos recolectores sobreviven gracias a las plantas principalmente, no tanto de los animales. Los animales vienen a ser un complemento, pero la movilización se daba más bien en torno a los ciclos de las plantas. No era una depredación del medio ambiente, sino que había una profunda conexión con los ciclos naturales que les permitía subsistir sin impactar significativamente en los recursos de los cuales dependían. La movilidad, el nomadismo, permitía aprovechar los recursos de un lugar y dar tiempo a su recuperación para volver en la siguiente temporada. Fueron tan exitosos en el aprovecha miento de los recursos que les permitió permanecer en este entorno por casi 10,000 años sin agotar sus recursos. Algo que llama la atención es que en Cuatro Ciénegas, a pesar de ser un ambiente con abundancia de peces, no se han encontrado restos de pescado en los sitios arqueológicos. En la Laguna de Mayrán hay muchas evidencias de pesca continua, restos de pescado y nazas, pero no es el caso de la región de Cuatro Ciénegas Como la mayoría de las culturas del mundo, la cultura del desierto era una cultura patriarcal. Había una división del trabajo entre hombres y mujeres. La cacería, por ejemplo, era realizada por hombres, ya que estaba vedada para las mujeres. La sobrevivencia en el desierto, sin embargo, dependía mucho del trabajo de recolección de las mujeres, no sólo de la cacería de los hombres. Cuando un hombre cazaba un venado era una gran hazaña, pero no era un evento muy común. Las mujeres, en cambio, mantenían todo el año a la familia con la recolección, transportación y transformación de semillas, raíces y plantas. En la iconografía y en la historia no se les ha dado a las mujeres el reconocimiento que merecen por su importante papel en la cultura del desierto. La sobrevivencia en el desierto es complicada, por eso no se coloniza el norte de México con facilidad. Primero por la dificultad del entorno, la escasez de agua y alimentos, la dificultad para hacer agricultura y además, la fiera resistencia de los indígenas y la tenaz lucha por el territorio. En el desierto los recursos se defienden a toda costa, pues de ellos depende la sobrevivencia. Por estas razones la conquista de los aztecas no llega hasta Aridoamérica y los españoles tardan casi 300 años en conquistarla. |
Vida ritual
Los hombres tenían a su cargo el conocimiento ritual, depositado en los chamanes. Las expresiones rituales más conocidas son las pinturas rupestres. Estos sitios tienen poco que ver con la subsistencia. Son una expresión artística de contacto con las deidades que se supone se hacían bajo la influencia de plantas sagradas como el peyote y en eventos especiales.
El significado de las pinturas rupestres no se ha podido descifrar. Se componen de líneas abstractas, geométricas que si tienen algún sentido, aún no se ha descubierto. No son figuras realistas, de representación de su entorno como sucede en otros casos del mundo. En 90% de los casos de las encontradas en la región no hay animales o humanos representados. Un elemento a considerar es que en Europa las pinturas rupestres más antiguas eran representaciones de la vida cotidiana, cazando o realizando otras actividades, pero posteriormente fueron cambiando a figuras abstractas. Esto nos hace pensar que tal vez los pobladores que llegaron a estos parajes ya habían pasado por esa etapa de expresión. |
Se tiene la hipótesis de que había un culto al venado, ya que era un elemento muy utilizado en los sitios mortuorios. Además hay una descripción de los antiguos misioneros (Padre Pérez de Rivas) que en la parte de Mayrán las astas de venado eran símbolo de adoración y muy usadas para ahuyentar las enfermedades rodeando a los enfermos con cabezas de este animal. Hay vestigios e indicios que señalan una asociación tradicional del peyote con el venado, y sabemos que el peyote era para uso ceremonial. Se cree que los rituales son muy antiguos, y que ya los practicaban cuando llegaron a Cuatro Ciénegas. También rendían culto a la serpiente de cascabel, porque no sólo se usaba como adorno, sino que tenían un significado simbólico. Se han encontrado collares de vértebras de serpiente de cascabel y se piensa que sólo los chamanes los portaban. Para muchas culturas la serpiente es muy importante. En los petrograbados de Monclova y Ramos Arizpe se ven serpientes representaban con símbolos celestes. Una teoría es que las serpientes tienen relación con la tierra y con las profundidades de la tierra, que para muchas culturas es el inframundo en varios niveles, relacionado principalmente con los muertos. |
Los señores de la guerra
El Guerrero chichimeca del México del siglo XVI era un luchador formidable uno de los que más tercamente resistieron la invasión española en el continente americano. Su modo de vida, la agreste topografía de sus tierras, su primitiva organización social y políticas; sus creencias religiosas y sobre todo su terrible fiereza y práctica en la guerra de súbitos ataques, hizo para los conquistadores una pesadilla de cientos de años.
El hábil dominio de los instrumentos de guerra, para los chichimecas empezaba desde su niñez; apenas caminaban y ya los niños tenían arcos y flechas con los cuales practicaban tirando a insectos y a otros pequeños animales. Ya más grandes acompañaban a los adultos a la cacería menor y así aprendían a identificar madrigueras, a colocar cebos y afinar la puntería. Estas prácticas desarrollaban sus sentidos y a la habilidad para desplazarse sigilosamente y con extrema rapidez. El tiro certero del chichimeca provocó temor y respeto entre los colonizadores. Un ejemplo de esto, es el relato de un español que vio cuando arrojada una naranja a las alturas, le tiraron tantas flechas que la suspendieron tiempo en el aire y que cuando calló, estaba hecha pequeñísimos pedazos. Sus flechas daban cuanta de grandes animales como caballos, mulas y reses; hasta veloces liebres y escurridizos ratones. La fuerza y poder de penetración del arco chichimeca causó asombro entre los españoles. El arco chichimeca era de dos tercios de largo de un cuerpo mediano de la cabeza a la rodilla, utilizaban diferentes materiales para su elaboración entre ellos, mimbre, mezquite, o junípero. Las flechas eran habitualmente delgadas, de caña y con puntas de sílex, sujetas con tendones humanos y de animal, y en la parte posterior ranuras y plumas. Algunas flechas eran de punta agudizada y tostada. En todo el gran chichimeca se utilizó el carcaj elaborado de cuero de venado, en forma de cilindro y colgado a la espalda. |
Los guerreros llevaban cuatro o cinco flechas en su mano para mayor rapidez en sus tiros y dar protección a su propio cuerpo. Algunas tribus chichimecas utilizaron también hachas de sílice, jabalinas y cuchillos de piedra. Con respecto a sus tácticas de guerra, su favorita fue la emboscada, favorecida ésta por el perfecto conocimiento del terreno y su gran habilidad para moverse en abruptas y espinosas serranías. Para los ataques de emboscada o saqueos, preferían el alba o el crepúsculo, atacando desde corta distancia con gran velocidad, acompañando el ataque con horrorosos gritos que paralizaban al enemigo mientras arrojaban sobre ellos una lluvia de flechas. En el combate cuerpo a cuerpo el chichimeca ganó reputación por su gran valor y ferocidad, algunos autores atribuyen esto, a que acostumbraban tomar bebidas alcohólicas y drogas antes de entrar en combate. El guerrero chichimeca soltaba más rápido sus flechas que el español manipular sus arcabuz o ballesta, y al planear las emboscadas, dejaban arsenales de armas en escondites estratégicos. Sumado todo esto, al efecto psicológico que causaba a los españoles el conocimiento de los macabros escarmientos e inimaginables torturas que aplicaban a los prisioneros, inhibían las fundaciones y en muchas ocasiones se rehuía el enfrentamiento. De esta naturaleza fueron los tobosos que habitaron el valle, las laderas y serranías de Cuatro Ciénegas. Su caracterización cultural y forma de vida, fueron producto de una mezcla de factores y circunstancias del tiempo y del ambiente. |
Literatura
Torres García, Juan. 2010. Historia de Cuatro Ciénegas. Manuscrito inédito.
Orozco y Berra, Manuel.1864. Geografía de las lenguas y carta etnográfica de México. Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante. México.
Porras Muñoz, Guillermo. 1980. Iglesia y Estado en Nueva Vizcaya (1562-1821). 2a edición. UNAM. México.
Walter W. Taylor Jr. 1988. Contributions to Coahuila Archaeology. No. 52. Southern Illinois University, Carbondale. USA.
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